Operaciones de nariz

Este apéndice puede presentar alteraciones de carácter funcional o estético. Para resolverlos basta con acudir a un especialista, pero esta intervención conlleva compromisos previos al día señalado y también hay que asumir los efectos secundarios y cumplir con los cuidados del postoperatorio para que sea un completo éxito.

Y es que según se desprende de las Estadísticas en Cirugía Estética 2004/2005 a nivel mundial y nacional, un estudio realizado por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAPS) indica que los españoles ocupan el cuarto puesto mundial y suben una posición respecto al año anterior en cuanto al número de solicitudes de operaciones estéticas de todo tipo. Y sigue siendo la rinoplastia una de las más requeridas en varones y hembras porque se le reconoce la importancia para embellecer un rostro.

Respecto a las alteraciones funcionales de la nariz se abarcan una serie de patologías que dificultan la respiración, alteran el olfato, provocan infecciones o conllevan sangrados. Las alteraciones estéticas normalmente estriban en algún tipo de desproporción: por exceso, defecto, asimetría o desviación. Según afirma Pedro Arquero, Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y Miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), mientras que en épocas pasadas solo se acudía modificar la nariz en casos de gran tamaño, ahora se practican sobre este apéndice todo tipo de técnicas de mayor o menor importancia en la búsqueda de la nariz adecuada para cada tipo de rostro y, por supuesto, para que deje de presentar inconvenientes de cualquier índole.


La rinoplastia puede tratar el caballete (dorso), la punta y el tabique (septo), dependiendo de las alteraciones que presente, y puede ser de disminución o de aumento. El objetivo principal es conseguir el mayor efecto armónico, no sólo de la nariz como estructura separada, sino con respecto al resto de la fisonomía facial. En realidad se busca el hacer la nariz que le corresponde a los rasgos que presenta cada paciente y, además, que tenga un efecto natural, que no se evidencie su intervención. Por eso, afirma el doctor Arquero “La cirugía de la nariz es uno de los mayores retos para el cirujano plástico: es la combinación de la ciencia con el arte, de la técnica con la sensibilidad”.

Para que la operación sea un éxito hay que comprometerse a realizar algunas modificaciones en la vida cotidiana semanas antes de que llegue el día señalado:
Cuidados previos
Durante un mes antes de la operación no hacer uso de ningún tipo de sustancias o productos inhalados.
Durante los días anteriores a la cirugía es conveniente realizar ejercicios respiratorios, inspirando y expirando suavemente por la boca con la nariz tapada.
No tomar aspirinas, u otros medicamentos que contengan salicilatos, durante dos semanas antes y dos semanas después de la cirugía.
También es recomendable practicar, durante la semana anterior a la operación, la respiración con la nariz tapada (pueden colocarse unos algodones en los orificios nasales durante unas horas en casa). De esta manera será mucho más cómodo el post-operatorio.

La intervención
Consiste en, a través de una incisión realizada en la mucosa nasal, despegar la piel, retirar el exceso de hueso y cartílago del dorso y remodelar los cartílagos de la punta de la nariz. Cuando la resección de la cúpula ha ocasionado la separación de los huesos se procede a la fractura de los mismos con la finalidad de poderlos aproximar.

Por otra parte, lo más importante y a la vez más difícil es conseguir armonizar el dorso y la punta resultantes. Pero no siempre la nariz presenta las características mencionadas, por lo que la operación puede requerir otros tipos de procedimientos quirúrgicos. Los más frecuentes son los injertos de cartílago, tanto para elevar o rectificar el dorso como para modificar la punta; las alas de la nariz pueden necesitar su rotación cuando las narinas están muy abiertas o la resección (afinamiento) cuando son muy gruesas. Si existe desvío de la nariz, o en algunos casos de dificultad respiratoria, suele ser necesario el tratamiento del septo.

La misma dificultad respiratoria puede ser debida a alteraciones de los cornetes, lo que exigiría su tratamiento. Por último, existe una patología de la piel de la nariz consistente en una hipertrofia de las glándulas sebáceas locales que conlleva una deformación característica y que recibe el nombre de rinofima.


Su tratamiento consiste en la retirada y esculpido de la piel alterada, que, espontáneamente, cicatrizará y dará origen a otra piel de características normales.
Anestesia: La rinoplastia es una cirugía que puede ser realizada bajo anestesia general o bien con anestesia local acompañada de sedación.
Duración. La duración de la intervención es entre una y dos horas y en la mayoría de los casos el paciente no necesita permanecer internado en el hospital pudiendo irse a dormir a casa.
Al final de la cirugía se coloca en el interior de las fosas nasales un taponamiento con gasa que se retira entre el 2 y 7 día después de la operación, dependiendo del tipo de cirugía realizada. En la parte externa de la nariz aplicamos un vendaje con esparadrapo antialérgico y yeso con el fin de inmovilizar los tejidos. Su tiempo de permanencia está supeditado, también, al tipo de intervención y suele ser entre una y dos semanas.

Efectos secundarios
Es normal que aparezcan moratones en mayor o menor grado, así como edema o hinchazón. Los párpados también pueden hincharse durante unos días. Los moratones desaparecen en una o dos semanas. El resultado definitivo no puede apreciarse hasta pasados 6 meses, cuando el proceso de cicatrización ha madurado.

En la cirugía simple de nariz normalmente retiramos el taponamiento a las 48 ó 72 horas, mientras que en si ha sido tratado el tabique deberá permanecer durante una semana. El apósito externo (rígido) se retira en una semana, dejando durante una o dos semanas más un esparadrapo hipoalérgico. Todas las suturas externas, si hubieran sido necesarias, se retiran entre el cuarto y séptimo día.

Cuidados postoperatorios
Mantener la cabeza y el tórax elevados para descansar o dormir, intentando no girar lateralmente la cabeza.
Aplicar gasas heladas de manzanilla sobre los ojos cada 15 minutos durante las primeras 48 horas.
Lavar la cara con agua fría, después de las primeras 24 horas, evitando mojar el apósito.
Después de retirado el taponamiento, administrar suero fisiológico en ambas fosas nasales de tres en tres horas, y aplicar la pomada Rinobanedif, mañana y noche, con la ayuda de un bastoncillo de oídos, para limpiar las costras.
Comer alimentos suaves y fríos durante las primeras 48 horas, evitando masticar e ingerir bebidas alcohólicas durante dos semanas.
Hablar lo menos posible, evitando reírse o llorar, durante los diez primeros días.
No sonar la nariz y abrir la boca al estornudar, durante seis semanas.
No tomar el sol en la cara y evitar la exposición al calor durante seis semanas.
No realizar actividades violentas durante seis semanas.
No usar lentes de contacto en la primera semana ni gafas en las tres primeras semanas después de la Cirugía.