Una nariz armónica para una vida armónica

Aunque parezca que ha pasado a un segundo plano por culpa de las nuevas cirugías plásticas, la rinoplastia sigue siendo la intervención por excelencia. Actualmente se trata de una operación que ha evolucionado tanto en el terreno del abordaje como en las posibilidades de corrección con una total precisión. Además suele ir acompañada de algún otro retoque en el mentón para completar el perfil de los pacientes que, aunque en su mayoría son féminas, son los hombres más que partidarios de someterse a ella como solución a narices no gratas.

¿Te operarías de la nariz?

La forma de la nariz y, sobre todo, su armonía con el resto de la cara resultan fundamentales a la hora de formar una imagen hacia una persona. El paciente que acude al especialista en cirugía estética no siempre presenta una deformidad de la nariz, sino que presenta una nariz con la que no se encuentra favorecido porque la nariz presenta desajustes en su forma o bien no está en armonía con el conjunto facial.

En otros casos existen deformidades nasales, y con relativa frecuencia, se presentan también deformidades externas asociadas a la desviación del tabique que provoca trastornos de respiración.
El propósito de la rinoplastia es mejorar las características de la nariz con el fin de lograr una mayor armonía con el resto de la cara y mejorar la obstrucción nasal, cuando la hubiera.

Para el doctor Julio Millán “La idea de una nariz perfecta no existe pero sí debe contribuir al aspecto armónico de todos los rasgos de la cara. Por ello, en la rinoplastia, más que en ninguna otra cirugía estética, es absolutamente imprescindible individualizar la cirugía.”


Preoperatorio digitalizado
Como en toda cirugía, se examina el estado del paciente y se le hace una analítica completa. Una vez recogidos los datos clínicos, se discuten los deseos del paciente y las posibilidades de la cirugía para conseguirlos.
Al paciente se le realizan fotografías que servirán para la planificación y seguimiento de la intervención. Incluso se trabaja a nivel de expectativas del paciente con su imagen digitalizada por ordenador, de forma que se observa los resultados pudiendo modificar y ajustar los detalles. Como en cualquier otro intervención no se debe fumar, al menos desde una semana antes, no tomar aspirina y estar en ayunas.

Intervención
Esta cirugía se puede realizar bajo anestesia local más sedación o anestesia general, dependiendo de las condiciones y deseos del paciente.

Aparte de las ventajas que ofrece la nueva tecnología, la nariz permite una modelación total, tanto en su punta como en su tabique, para recrear la forma que resulte más adecuada al rostro.

Se inicia la cirugía realizando unas pequeñas incisiones en el interior de la nariz, a través de las que se despega la piel del armazón nasal, lo que permite acceder al cartílago y al hueso para ser remodelados y manipulados. Con los huesos nasales se forma un puente más estrecho y extirpando cartílago se reduce el volumen de la punta nasal.

Cuando termina la intervención se colocan tapones en las fosas nasales, que se mantendrán 24 horas, y se coloca un protector acrílico en el dorso de la nariz durante una semana. Al realizarse la intervención a través de incisiones internas, no queda ninguna cicatriz.

Postoperatorio
La cara se inflama y se hinchan los párpados, es normal sentir molestias pero no dolor. Cierta obstrucción nasal e inflamación interna al retirar el taponamiento, pero que remite Se nota la nariz una vez retirado el protector con consistencia dura y sensible al tacto. El aspecto definitivo de la nariz no aparecerá hasta pasado un mes.