Cerezas: muchos antioxidantes y pocas calorias

O sea, que no engordan y ayudan a mantenerte joven. Y, además, tienen fibras y son depurantes.

Los meses de junio y julio es la mejor época para aprovechar todas sus propiedades, que no son pocas, y su riquísimo sabor. Tienen un 85% de agua, y 100 g. de esta fruta aporta tan sólo 85 calorías, por lo que son perfectas para adelgazar o no engordar y, además, te refrescan.

Son ricas en vitamina C y A (en forma de betacaroteno), por lo que resultan un poderoso antioxidante que previene el envejecimiento. También contienen varios minerales, como potasio, hierro y calcio, importantes en la premenopausia para evitar una desmineralización de los huesos.

Su alto contenido en fibra las convierte en un buen laxante depurativo. Cómelas para picar entre horas porque te saciarán y no llegarás con tanta ansia a la siguiente comida. También tienen una propiedad diurética, que favorece la eliminación de toxinas y líquidos, y tienen un bajo aporte de sodio y grasa.


Está demostrado que comer de 15 a 25 cerezas al día normaliza los niveles de ácido úrico en sangre, y previene los temibles ataques de gota.

El color tan característico se debe a los antocianos, con una alta concentración de 25 mg. en 100 g., que reducen el riesgo de padecer enfermedades degenerativas (como las cardiovasculares o la osteoporosis) y algunos tipos de cáncer.

Si eres diabética, no tendrás que privarte de esta deliciosa fruta, porque el azúcar de su pulpa es totalmente asimilable y lo digerirás con normalidad.

A la hora de comprarlas, eligen las que parezcan más pesadas, con la piel brillante, de consistencia firme y con el tallo verde y fresco. Si la pulpa está firme, quiere decir que la fruta ha sido recolectada en su momento óptimo.

Si no vas a consumirlas enseguida, guárdalas en la nevera pero sin lavar, para que no les salga moho. No las dejes cerca de alimentos que desprendan olores fuertes, porque pueden absorberlos fácilmente. Las de mejor sabor y calidad provienen del Valle del Jerte, en Extremadura.

Su textura es firme y crujiente, su sabor, dulce y fresco. Todo un placer gracias a que se han mantenido los procesos de recolección manual. Busca las auténticas, que llevarán un sello del Consejo Regulador.