Daños en el cabello tintado

Quien lleva el pelo tintado durante un tiempo prolongado, se le daña más que alguien que no lo hace. Se produce, entre otros, un efecto “erizado” (”frizado”, “cardado”…) que no gusta a nadie. Para evitar daños en el cabello tintado se pueden seguir una serie de pautas.
En primer lugar, un acondicionador profundo tiene el efecto de restaurar la cutícula del cabello. Para elegir uno bueno, has de encontrar el que posea una base de proteínas, pantenol, silicona y aceites esenciales (bastará sólo con fijarse en la etiqueta). Una aplicación después de cada lavado, un buen enjuague, eliminación del exceso de agua con una toalla y listo.


Además, un truco que beneficia es ponerte un poco del acondicionador en la mano, frótarlo entre las palmas de las manos y aplícarlo con los dedos en toda la cabeza, especialmente en las puntas y evitando la raíz. Cúbre el cabello con un gorro de baño, envuélvelo con una toalla húmeda en agua caliente y espera apróximadamente 15 minutos. Enjuágalo bien, hasta que no quede nada del acondicionador. Sécalo con la toalla, separa los mechones con un cepillo de dientes ancho y suave, y déjalo secar al aire. Con una vez a la semana es suficiente y notarás la mejoría. Una vez haya mejorado tu cabello dañado, puedes pasar a hacer esto una vez al mes.